Por: Yamiri Rodríguez Madrid
No es la primera vez que los habitantes de Zongolica están entre la espada y la pared. Hace unos días volvieron a padecer las consecuencias de ser entrada a la sierra, cuando habitantes del municipio de Mixtla de Altamirano y Texhuacan bloquearon todos sus accesos en protesta porque tras un deslave el 12 de febrero, varias de sus localidades se quedaron incomunicadas.
Voces ciudadanas de Zongolica han urgido al titular de la Secretaría de Infraestructura y Obra Públicas (SIOP), así como al de la Secretaria de Finanzas y Planeación y a las y los diputados Itzel Aleli Domínguez Zopiyactle, Lidia Irma Mezhua Campos y José Luis Tehuintle Xocua, intervengan ante los cabildos de ambos ayuntamientos para que atiendan, apoyen y resuelvan dicha problemática: los zongoliqueños no somos Oficialía de Partes ni tenemos facultad de designación de partidas extraordinarias para resolver la queja legítima y justa de los manifestantes; no obstante somos afectados por la obstrucción de las vías de comunicación, es una de esas múltiples expresiones que se ha dado desde el 28 de febrero pasado.
Por Zongolica se entra a los otros 12 municipios que conforman la Sierra del mismo nombre y que abarca unos mil kilómetros de superficie. 12 municipios para muchos pueden sonar pocos, pero recordemos que, en primera instancia, ese punto fue durante décadas unos de los más pobres de México y varios de dichos municipios aún no han podido salir de esa situación.
Para muchos de sus pobladores, sus problemas no se resuelven en la capital Xalapa, ni siquiera en Orizaba que es la ciudad mediana más cerca que tienen; es precisamente Zongolica, su punto neurálgico para ellos: para bien o para mal.
Son maestros, estudiantes, artesanos, comerciantes, campesinos, los que se han visto afectados en Zongolica por los bloqueos, pero son otros miles mas los que pasan las de Caín por la desatención de sus representantes, de sus autoridades. Ojalá, como piden los habitantes, este tema sea finalmente atendido a la brevedad, pues de lo contrario el termómetro social se dispara en una zona ya de por si caliente y harta.