Yamiri Rodríguez Madrid

Como si la zacatecana Rocío Nahle García fuera la personificación del oriundo de Coatzacoalcos, fue la invitada especial en la sesión solemne que el Congreso Local realizó el pasado jueves 9 de junio en Coatzacoalcos, con motivo de los 500 años de su fundación.

Como único punto en dicha sesión fue la entrega del premio al Mérito Ambiental al doctor Manuel Guevara Huerta y ahí llegó la Secretaría de Energía en el país, curiosamente después de que una publicación nacional la descarrilara de la contienda a la gubernatura veracruzana al afirmar que irá de dirigente nacional de Morena para apuntalar la candidatura de Claudia Sheimbaum a la Presidencia de la República.

Claro, lo que sacó El Sol se sumó a un cúmulo de señalamientos que dicen que la senadora con licencia está ausente del escenario estatal. Es cierto que tiene sobre la espalda la misión casi imposible de inaugurar la refinería de Dos Bocas el próximo 1 de julio, pero ni un fin de semana le dedica a caminar por Veracruz.

Tan es así que ya varios de sus correligionarios la están rebasando por la derecha debido a la lentitud con que se mueve y al hecho de que no es precisamente ni la más carismática ni la más cercana. Nahle también sabe bien que la fuerza de Morena es tal que como alguna vez alguien refirió, aunque pusieran de candidata a una vaca, arrasaría, pero su problema no es la elección constitucional, sino la interna, la famosa encuesta, por eso ahora apareció en Coatzacoalcos.

Hablando de Coatza y el tablero electoral veracruzano, el que sigue sin poder levantarse después de la tunda en redes y medios, es el dirigente estatal del PRI, Marlon Ramírez Martín. Y no, no es que tenga prohibido hablar con el interlocutor del gobierno con los partidos, el secretario Eric Cisneros Burgos; el problema es que semanas atrás salió a pegarle al diputado federal y fuerte aspirante morenista a la gubernatura veracruzana, Sergio Gutiérrez Luna, coincidentemente minutos después de que una diputada morenista del grupo de Cisneros hiciera lo propio y con los mismos argumentos.

Así, la dirigencia de Marlon no solo pasará a la historia del PRI como la que más posiciones perdió, sino como la que siempre obedeció a otros actores políticos contrarios: primero al panista Miguel Ángel Yunes Linares y ahora al morenista Cisneros. Un dirigente marioneta. Ya se imaginará como se ve el 2024 para el PRI veracruzano.

@YamiriRodriguez

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