Luego de la dimision de Miguel Ángel Osorio Chong como coordinador del PRI en el Senado, el presidente Andrés Manuel López Obrador se deslindó de cualquier posible intervención en este tema, pues aseguró que su gobierno no establece relaciones de complicidad con nadie.
En su conferencia mañanera de Palacio Nacional, el mandatario apuntó que la salida de Chong de la coordinación está relacionada con asuntos del partido tricolor, por lo que pidió que no se le relacionara con el tema.
López Obrador comentó que gracias a que no intervienen en los procesos políticos de otros partidos ni organizaciones pueden tener autoridad moral, “si fuésemos como los de antes, no tendríamos ningún problema, ni con los medios, sería cosa de seguirlos maiceando”, bromeó.
Incluso, recordó que su administración siempre trata de recibir a los legisladores y líderes de la oposición, para escuchar sus propuestas y dialogar. Por ello, llamó a sus adversarios a cumplir con sus responsabilidades.
El jefe del Ejecutivo federal rechazó opinar si el cambio debilitará a la oposición en el Poder Legislativo, pero les sugirió tomar el lado del pueblo para tener un motivo justo por el que hacer política.
Y, aunque no quería opinar del tema, desestimó los cambios que provocan la salida de Osorio Chong al asegurar que el PRI va a mantener su misma postura en lugar de retomar el rumbo del movimiento revolucionario que encabezaron en el pasado.
Puso como ejemplo la nacionalización de la industria eléctrica que impulsó López Mateos o la repartición de tierras y el beneficio a los más pobres que encabezó el general Lázaro Cárdenas, sin embargo, dijo se mantienen en la línea conservadora que impuso Carlos Salinas.
Este contexto lo aprovechó para criticar a los consejeros del INE, Lorenzo Córdova y Ciro Murayama, al primero por ser un “racista confeso” y al segundo porque se atrevió a decir que el pueblo no existe.