Por Iván Calderón

A casi 90 días del encarcelamiento del ex fiscal general del estado de Veracruz, Jorge Winckler Ortiz, el grupo político al que pertenece ha guardado silencio total, ni el exgobernador Miguel Ángel Yunes Linares o sus hijos Fernando o Miguel Yunes Márquez ofrecieron algún pronunciamiento; mucho menos quién se decía su íntima amiga la diputada panista Marijose Gamboa Torales ha vuelto a decir algo al respecto.

Jorge Winckler recluido injustamente o no por los delitos de desaparición forzada y privación ilegal de la libertad, ha sido enterrado en el mapa de los Yunes, desechable como la mayoría de los que integran su estructura política, solo fue un objeto más y todo parece indicar que ellos mismos fueron los que provocaron su captura a finales del mes de julio.

Cuentan que, al momento de su detención, el abogado trató de comunicarse directamente con quién fuera ejecutivo estatal por dos años, sin embargo, Yunes Linares se negó a recibir cualquier llamada de quién fuera su brazo ejecutor ya sea para encarcelar a Duartistas o provocar en sí, el famoso “vomito negro”.

Según datos filtrados por los famosos “Guacamaya Leaks” se confirmó que efectivamente las fuerzas federales tenían intervenidos el teléfono de Winckler Ortiz, además de espiar las llamadas entre sus familiares y amigos, conociendo su ubicación un mes antes, pues pretendía pasar “vacaciones” con ellos.

Entre la cúpula Yunista, saben perfectamente que Jorge Winckler con tres diferentes números telefónicos (antes de ser aprehendido), sostenía llamadas con Marijose Gamboa y Jaime de la Garza, quienes eran los enlaces para hablar con el “jefe” y los hijos, y que la instrucción 3 días antes de su detención fue cortar toda comunicación con Winckler, o sus abogados.

Y es que no es para menos, astutamente, los Yunes azules intuyen que tanto Jorge como Rogelio Franco Castán son monedas de cambio para ellos, en estos momentos donde MORENA volverá a ganar la gubernatura en el 2024 y que luego de los señalamientos de desvíos de recursos públicos en el bienio azul, tanto el daño patrimonial provocado en la administración porteña a cargo de Fernando Yunes, estarán buscando total impunidad.

Mientras tanto, de Winckler ni se acuerdan.

Ya veremos sí el abogado azul sigue aguantando esta traición o no.

Esperemos.

POR CIERTO, después de un presunto daño patrimonial de más de $93 millones de pesos como alcalde de Medellín de Bravo, el panista Polo Deschamps no debería de estar muy tranquilo, (aun y cuando presuma tener la protección del secretario de gobierno Eric Cisneros).

Se sabe que el Congreso del Estado estará revisando con lupa cada cuenta pública de los 212 municipios, y que de ahí se dependerá si aprueban o no las propuestas presentadas por el Órgano de Fiscalización Superior.

A Polito lo traen en la mira.

@IvanKalderon

ivancalderonflores@outlook.com

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