Los partidos Encuentro Solidario, Redes Sociales Progresistas (RSP) y Fuerza por México, perdieron su registro debido a que en las pasadas elecciones del 6 de junio obtuvieron menos del 3 por ciento de votación valida, informó el Instituto Nacional Electoral (INE).
En Tres Valles el partido que representara la hoy Sindica, Redes Sociales Progresistas obtuvo solo 578 de votos, el Partido Encuentro Solidario solo obtuvo 261 y Fuerza por México ni candidato tuvo. En otros municipios de la cuenca del Papaloapan obtuvieron la mínima cantidad de votos.
Esta declaratoria la emitió la Junta General del INE, quien anunció a los partidos que sólo tendrán 72 horas para presentar alegaciones dentro del marco legal.
Patricio Ballados, director ejecutivo de Prerrogativas y Partidos Políticos, explicó que dicha determinación se da luego de que la Mayoría Relativa y Representación Proporcional de las diputaciones que se disputaron el pasado 6 de junio verificaron el total de la votación válida.
Documentos oficiales señalan que los porcentajes finales de cada uno de los partidos fueron los siguientes:
El partido Redes Sociales Progresistas, formado por Elba Esther Gordillo y que tuvo como candidatos a sus familiares y varias figuras del espectáculo, obtuvo 864 mil 391 votos para diputaciones por mayoría relativa, lo que representa un 1.83%, y en la votación por diputaciones de representación proporcional tuvo 868 mil 444 sufragios, es decir 1.83%.
Mientras que, el Partido Encuentro Solidario (PES), conocido por su ideología conservadora, obtuvo sólo 1 millón 344 mil 835 votos, equivalente al 2.85% del total, y 1 millón 352 mil 388 sufragios, es decir, 2.85%, respectivamente.
Por último, el partido Fuerza por México, liderado por el político y empresario Gerardo Islas, sólo ganó 1 millón 210 mil 384, lo que representa el 2.56% de los votos para diputaciones por mayoría relativa, y 1 millón 216 mil 780, es decir, 2.56% de la votación para diputaciones de representación proporcional.
El presidente consejero del INE, Lorenzo Córdova, considera que esta declaratoria marca el inicio de un proceso de ‘reconfiguración’ del sistema de partidos políticos mexicanos.
