Nota de Miguel Angel Cortes/ Tomada del portal e/consulta
Karla recibió seis martillazos en el cráneo presuntamente por su exnovio Ernesto; la joven vive desde hace tres meses en el puerto
«¡Señorita, Karla! ¡Señorita, Karla!», gritó una de las vecinas del callejón Manuel Contreras de la colonia Zaragoza, en el puerto de Veracruz, cuando encontró a Karla Guadalupe tirada en el piso en medio de un charco de sangre y con un martillo al lado.
Era la segunda vez que la mujer subía al segundo piso de una casa escondida detrás de un árbol, al fondo del callejón, donde Karla se encontraba con su exnovio Ernesto T., quien presuntamente le asestó seis martillazos en la cabeza.
La joven, de 27 años, quien ingresó con traumatismo craneoencefálico al área de terapia intensiva del Hospital de Alta Especialidad de Veracruz (HAEV) por las lesiones que su presunto agresor le causó en el cráneo, se preparaba para asistir a la agencia aduanal donde trabaja.
Javi, uno de sus compañeros de trabajo, relató que se comunicó por última vez con ella a las nueve de la mañana del martes 31 de agosto. Karla le aseguró que ya se dirigía a las oficinas, pero nunca llegó.
Aproximadamente a esa hora los vecinos del callejón Manuel Contreras comenzaron a escuchar gritos que alcanzaban a percibirse hasta los alrededores del Parque Zaragoza. Eran horripilantes, comentó una mujer.
Una vecina subió por primera vez a ver qué pasaba, pero por la ventana se asomó Ernesto. «Estoy matando dos ratones, Karla está en shock», le dijo. La mujer le creyó, pero se quedó en la banqueta, afuera de la casa.
«Ahorita vengo, voy por un refresco, porque se le bajó la presión y está en shock arriba de la cama», expresó Ernesto, quien en realidad estaba huyendo.
Acompañada por la trabajadora de la casa, la mujer subió nuevamente al cuarto, pues se cansó de esperar a Ernesto. Llamó a Karla, pero no recibió respuesta, por lo que intentó ingresar, pero el presunto agresor aseguró la puerta.
«Jalé una silla del balcón y la señora que trabaja se asomó y se asustó, ya después vi el cuadro y me asusté muchísimo, corrí a la policía», relató la vecina.
El callejón Manuel Contreras, cercano al Parque Zaragoza, donde familias jarochas se reúnen por las mañanas para desayunar antojitos en las fondas de los alrededores, se convirtió por algunos minutos en una arteria rodeada de policías y paramédicos.
Todavía cuando los paramédicos de la Cruz Roja subieron a Karla a la ambulancia que la trasladó al hospital regional de Veracruz, la joven estaba consciente y entre dientes decía el nombre de su exnovio: «Ernesto, Ernesto, Ernesto».
KARLA LLEGÓ A VERACRUZ POR TRABAJO, SOLA CON SU GATO
«Yo no quería que viniera», declaró Corey, la madre de Karla, quien se oponía a que su hija dejara su natal Cosamaloapan para aceptar una oferta de trabajo en una agencia aduanal del puerto de Veracruz.
La joven vive sola con su gato Federico en la colonia Zaragoza de la ciudad de Veracruz. El lunes 30 de agosto cumplió tres meses de estancia en el puerto jarocho, a donde llegó con el sueño de ejercer su carrera como licenciada en Comercio Internacional.
A su domicilio en el callejón Manuel Contreras llegó por recomendación de Alex, una amiga que vivía en otro de los cuartos de la casa, quien, según Corey, escuchó de cerca los gritos de Karla cuando era golpeada.
El amor que Karla siente por su gato y, en general, por los michis, es evidente en sus redes sociales, donde hasta antes de la agresión que sufrió la mañana del martes 31 de agosto compartía fotos de Federico.
«Karla era una niña muy callada, pero yo creo que ante sus amigos y todo era comunicativa, era llevadera; yo siento que era callada conmigo por mi carácter; nos llevábamos bien, porque siempre hemos sido más amigas que mamá e hija», platicó la mamá.
ERNESTO, EL PRESUNTO AGRESOR, YA LA HABÍA GOLPEADO
Karla es una joven asidua a las redes sociales, en las que constantemente comparte fotos de sus actividades, incluso, tiene registrado el nombre de la empresa para la que trabaja. Su madre cree que así fue cómo la encontró Ernesto, su exnovio, de quien tenía tres años alejada.
«Karlita era muy fan de estar subiendo fotos, ese fue su error», comentó uno de sus compañeros de trabajo mientras platicaba con Corey.
El hombre, también de 27 años y originario del municipio de Cosamaloapan, conoció a Karla durante su etapa universitaria. En aquel entonces iniciaron una relación de noviazgo que terminó cuando él la golpeó.
Cuando Ernesto golpeó por primera vez a Karla, Corey, su madre, la alejó de él. Sin embargo, siempre mantuvo vivo su temor de que el presunto agresor la buscara nuevamente. «No lo tomes, no sabes si te lo vas a encontrar», le dijo a su hija antes de que aceptara el empleo en Veracruz.
La madre desconoce cómo fue que la joven se reencontró con Ernesto; Karla nunca le contó. La persona que le renta la habitación en el callejón Manuel Contreras comentó que el hombre comenzó a visitarla.
A pesar de que sus caseros prohíben las visitas, Karla hizo caso omiso y hasta tomó una actitud agresiva cada que la regañaban por la presencia de Ernesto. Corey cree que el cambio en la conducta de su hija es porque su exnovio la tenía amenazada.
Los médicos que atienden a la joven en el hospital regional de Veracruz dan pocas esperanzas, pues Karla tiene hundido el cráneo y el cerebro inflamado debido a los seis martillazos que su agresor le dio. Este jueves 2 de septiembre podría ser sometida a cirugía.
El caso de Karla Guadalupe, quien permanece en terapia intensiva, se suma a las agresiones que sufrieron en 2021 Monserrat Bendimes y Martha Yolanda «N», víctimas de feminicidio en la zona conurbada Veracruz-Boca del Río.
La joven Montserrat Bendimes murió el pasado 23 de abril en una clínica de Boca del Río, donde permanecía internada debido a las lesiones que presuntamente su novio Marlon Botas Fuentes le causó una semana antes.
Su feminicidio sigue impune, pues Marlon Botas Fuentes se encuentra prófugo de la justicia, a pesar de que la Fiscalía General del Estado (FGE) ofreció una recompensa de 250 mil pesos a quien dé información sobre su paradero.
El pasado 9 de agosto, Martha Yolanda, de 34 años, fue asesinada a puñaladas por su expareja, Iván N, a unos pasos de la Unidad Deportiva Hugo Sánchez del municipio de Boca del Río. Aunque el presunto feminicida intentó huir, fue detenido por vecinos que atestiguaron el asesinato.
Según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), el puerto de Veracruz, donde Karla fue agredida a martillazos, es el municipio número 56 con más feminicidios a nivel nacional, con tres carpetas de investigación.
Ernesto, el presunto agresor de Karla Guadalupe, ya enfrenta una denuncia ante la Fiscalía General del Estado (FGE) por tentativo de feminicidio, delito por el cual Veracruz es el quinto estado con más casos en 2021, según datos federales.
La habitación de Karla, en el segundo piso de una casa al final del callejón Manuel Contreras, aún permanece acordonada, con restos de sangre y objetos tirados por el forcejeo que la joven, quien también tiene las uñas quebradas, habría sostenido con su agresor en el intento de defenderse.
El medio aún persiste entre los caseros y los vecinos, quienes piden vigilancia de la Policía Municipal de Veracruz, pues esta mañana encontraron latas de cerveza y escucharon ruidos en el lugar de la agresión, por lo que creen que el hombre regresó a la zona durante la noche.
Corey, la madre de Karla solo quiere una cosa: …que Karla esté bien, que regrese de este viaje que está haciendo, yo quiero que regrese y Ernesto, si lo agarran, que pague su culpa.